Todo trabajo es relación, guste o no
Fuente:
Lalo Huber de
www.visionholistica.com.ar
Cualquiera sea el trabajo que usted realiza,
cualquiera sea su especialidad, salvo
excepciones muy particulares, en realidad lo
que usted hace todo el día, en su labor, en
su lugar de trabajo, es relacionarse con
otras personas.
Usted circula continuamente por oficinas,
pasillos, laboratorios, auditorios,
fábricas, salas de reunión, cafeterías,
depósitos, ascensores, estacionamientos,
comedores o restaurantes y se relaciona,
todo el tiempo, con colegas, colaboradores,
personal a cargo, superiores, clientes,
proveedores, consultores externos, entre
otros.
Y lo hace personalmente, por teléfono, por
correo electrónico, por “chat”, por
videoconferencia, en reuniones grupales o en
entrevistas individuales.
Usted se relaciona prácticamente todo el
tiempo.
¿Se detuvo a pensarlo alguna vez?
Ya sea usted hombre o mujer, abogado o
ingeniero, arquitecto o contador, empleado
administrativo o vendedor, secretaria
ejecutiva o analista de sistemas, en
realidad lo que usted hace la mayor parte
del día en su trabajo es relacionarse con
otras personas.
Y como lo haga determinará su éxito.
O su fracaso.
Por supuesto que usted también se relaciona
con “objetos”, pero eso es mucho menos
complejo. Se lo dejamos a los manuales
“técnicos”.
Los objetos no se enojan, no se ofenden, no
sienten envidia, no protestan, no compiten,
no se resisten, no se oponen, no mienten.
Las personas si.
Y es solamente a través de relaciones con
esas personas que usted podrá desarrollar, o
no, su trabajo, su oficio, su profesión, su
especialidad.
Sin relaciones, no hay resultados posibles.
Sus relaciones interpersonales, construidas
a partir de su comunicación y su imagen
personal, son los verdaderos cimientos de su
desempeño laboral.
Malas relaciones = mal desempeño y pobres
resultados, aunque usted sea el más
competente en su campo, en su especialidad.
Si usted tiene conocimientos técnicos de su
especialidad, pero no maneja bien su
comunicación, su imagen y, en consecuencia,
sus relaciones interpersonales, entonces le
aseguro que usted no va a poder evitar tener
muchos problemas a lo largo de su carrera
laboral, si es que consigue trabajo, para
empezar.
Ya que todo el tiempo usted se deberá
relacionar, empezando en la búsqueda laboral
misma, y esto significa que usted va a tener
que estar “todo el santo día” haciendo algo
que tal vez no es su fuerte, algo para lo
cual muy probablemente no se formó lo
suficiente.
Comunicarse.
Imagine, por ejemplo, a un empleado
administrativo, que sabe mucho de
contabilidad, y que cree que este es el
principal componente de su trabajo, sin
darse cuenta de que, en realidad, lo que más
va a pesar para su éxito laboral es la forma
en que se comunique con otras personas,
especialmente con sus superiores.
Nuestro empleado, técnicamente competente,
no puede evitar comunicarse todo el tiempo,
en reuniones, entrevistas, por mail, por
teléfono, con su jefe, con compañeros, con
clientes, con proveedores, sin haber
estudiado jamás técnicas de comunicación
interpersonal.
Interesante.
Es como si alguien se quemara las pestañas
estudiando “ingeniería” seis años de su vida
y, luego se dedicara a trabajar como
“arqueólogo”.
No le va a ir muy bien, ¿no?
No le va a resultar muy útil su conocimiento
de ingeniería, ¿no?
Todos estudiamos distintas especialidades,
pero luego, al entrar a una empresa, casi
todos terminamos siendo sencillamente de
profesión “comunicadores”.
Sin estudio o título alguno, por supuesto.
Improvisando.
Si usted es un genio en su especialidad,
pero no tiene un buen manejo de su
comunicación y sus relaciones
interpersonales, prepárese para los
conflictos que vendrán.
Porque vendrán, indefectiblemente.
Por otro lado, si usted tiene una
competencia razonable en su especialidad,
aunque esté muy lejos de ser el mejor, pero
tiene un muy buen manejo de sus relaciones
interpersonales, entonces usted seguramente
va a tener un muy buen desarrollo laboral.
Sin duda.
Usted seguramente va a conseguir trabajo con
facilidad, y va a progresar en las
organizaciones en las que se desempeñe.
Es lógico, ya que todo trabajo es en gran
porcentaje, y me atrevo a aventurar un 90%,
o más aún, lisa y llana “comunicación y
relaciones interpersonales”.
Si esto es lo usted sabe hacer, el éxito no
le faltará.
Por otro lado, si usted no es el mejor en el
10% restante de su tiempo, no va a ser algo
serio, ni se va a notar su competencia
técnica imperfecta (salvo que sea demasiado
grave) detrás de su brillante competencia
comunicacional.
Veamos un ejemplo.
Imagine a dos candidatos a obtener un
trabajo. Ambos son programadores de
sistemas.
Uno es un programador experto, el mejor,
pero su comunicación es deficiente. El otro
es un programador discreto, normal, pero su
comunicación interpersonal es excelente.
En la entrevista, a ambos les preguntan:
“¿cuál es su experiencia en programación?”.
El programador experto, flojo en
comunicación, titubeando, sentado como
hundido en la silla, mal vestido, sin
afeitar, sin mantener contacto visual con el
entrevistador, tocándose el pelo todo el
tiempo, con expresión facial “extraña”,
cruzado de brazos, con gesticulación torpe,
con voz baja y pronunciación poco clara,
contesta: “ehhh, yo… esteee… programé mucho,
mucho, de chiquito, siempre en la
computadora, dale que dale, mi mamá me decía
que pare un poco, que me iba a enloquecer”,
“ehhh… me armé una compu yo solo, hice un
montón de programas, para la empresa… ¿cómo
se llamaba? Esteeee…, eso”.
El entrevistador pone “caras” y le dice:
“bueno, bueno, muchas gracias, lo vamos a
llamar”.
El segundo candidato, no tan buen
programador, pero buen comunicador, bien
sentado, bien vestido, adecuadamente
perfumado, bien peinado, perfectamente
afeitado, con voz firme, con buen tono de
voz, con expresión facial agradable, sin
dudar, contesta: “he desarrollado gran
cantidad de proyectos de tecnología, en
empresas tales como… (brinda nombres
específicos, fechas, datos concretos)”, “y
manejo muy bien múltiples lenguajes de
programación, tales como… (aquí nombra
claramente los lenguajes principales del
mercado)”, “es más, en cierta oportunidad me
tocó liderar un proyecto que involucraba
justamente una de las tecnologías clave que
su empresa está utilizando actualmente, lo
cual me permitió desarrollar una experiencia
muy valiosa…”
Y así sigue, agradable, ordenado, con
claridad.
El entrevistador no puede evitar que se le
dibuje una sonrisa en su cara, estrecha la
mano del candidato (que como buen
comunicador sabe estrecharla con firmeza
para transmitir confianza) y le dice:
“¿tiene un ratito más?, porque me gustaría
que ya mismo se entreviste con el gerente de
sistemas, ¿puede ser?”
El mundo es así. La comunicación manda.
Siempre recuerdo el caso, verídico, de dos
técnicos que eran entrevistados para cubrir
una posición. Aunque ambos tenían la misma
experiencia, respondieron de manera muy
diferente a la simple pregunta: “dígame por
favor, ¿cuál es su especialidad?”
Uno respondió: “ehhh, yo… yo… instalo
computadoras…”
El otro respondió: “Yo he tenido a mi cargo,
durante los últimos tres años, múltiples
proyectos críticos de instalación de
infraestructura informática, los cuales pude
concretar en tiempo y forma, y a
satisfacción de los clientes internos,
manejando íntegramente el proceso de punta a
punta, desde la etapa de planeamiento hasta
la implementación, capacitación y
estabilización”.
Traducción: ¡hicieron lo mismo!
Solo que uno sabe expresarlo para que se
luzca.
El otro, no.
Adivine cuál fue contratado.
Y es así.
Si en el trabajo la comunicación y las
relaciones interpersonales se llevan un 90%
del tiempo, en la búsqueda laboral me atrevo
a decir que se lleva un 99%.
La comunicación manda.
Hace lucir lo que toca.
¿Se detuvo alguna vez a pensar como es un
día típico de trabajo de oficina para
prácticamente cualquier especialidad?
Usted llega a la empresa, y su primer
“trabajo” es saludar a toda la gente con que
se cruza, desde porteros, personal de
seguridad, ascensoristas, recepcionistas,
secretarias, colegas y superiores. Por
supuesto que usted puede saludar bien o mal,
o directamente no saludar. Y su imagen, y
sus relaciones interpersonales se van
desarrollando en línea con su comunicación.
Finalmente usted llega a su oficina, y ahora
tal vez su trabajo sea servirse un café,
para lo cual seguirá relacionándose. Usted
puede ofrecer café o no, dialogar mientras
lo toma o mantener una expresión facial de
pocos amigos para que nadie le dirija la
palabra. Todo su entorno se irá
desarrollando en línea con su actitud.
Luego usted revisará y contestará correos
electrónicos, lo cual no es otra cosa que
comunicación interpersonal escrita.
Seguramente recibirá llamadas telefónicas.
Comunicación nuevamente.
Luego empezarán las reuniones del día, y
serán una tras otra.
Comunicación todo el tiempo.
Por ejemplo, si usted estudió ingeniería
mecánica, y trabaja en, digamos, el área de
compras técnicas de una empresa del rubro,
probablemente usted pase todo el día
reuniéndose con proveedores, presenciando y
haciendo presentaciones, contestando correos
electrónicos, hablando por teléfono, leyendo
propuestas comerciales, escribiendo informes
y volcando información a planillas de
precios.
Todas tareas para las cuales usted
prácticamente no necesita nada de lo que
estudió en su carrera universitaria. Por el
contrario, necesita saber comunicación, y
otras disciplinas derivadas como, por
ejemplo, negociación, oratoria, redacción de
informes o manejo de reuniones.
Y ni hablar si usted es vendedor de la
empresa.
Su dosis diaria de comunicación será aún
mayor.
Es notable. En la mayoría de las carreras
universitarias prácticamente no se estudia
nada sobre comunicación, manejo de imagen y
desarrollo de relaciones interpersonales
efectivas, cuando estos son justamente los
temas fundamentales a aplicar luego en el
trabajo en el mundo real.
Gran asintonía de la universidad con el
mundo laboral.
Conclusión: en su trabajo usted pasa
prácticamente todo el día haciendo algo para
lo cual no estudió, no se preparó.
Y, si no estudió, no le quedará otra
alternativa que improvisar.
Tal vez, en algún momento del día, si tiene
suerte, usted podrá aplicar algún concepto
de su especialidad, su oficio o su
profesión, de los que sí aprendió en sus
estudios.
No hay duda.
Las relaciones interpersonales son el canal
a través del cual luego se desarrollan todas
las actividades laborales.
Usted, ¿está desarrollando bien este canal?.
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