Nosotras, como consultoras de Recursos Humanos, tenemos el trabajo de “buscarle trabajo a la gente”, cosa que nos gratifica y llena el alma, cuando logramos encontrar un buen lugar de trabajo para una buena candidata. Sin embargo, la realidad es que los que, tienen finalmente la decisión final, son nuestros clientes, a quienes presentamos durante el proceso, una o incluso la mayoría de las veces más de una terna de candidatas. Esto produce que el proceso, se estire en el tiempo, y las postulantes muchas veces tienen que ejercitar la paciencia. También, muchas veces, hasta llegar a concretar el puesto, los postulantes son convocados a más de una o dos entrevistas con distintas líneas de la empresa hasta llegar a conocer al jefe, esto también ocasiona demoras que están fuera de nuestras manos. Muchas veces, las candidatas, que no han sido elegidas me llaman porque quieren saber por qué, después de un proceso largo de selección, no han sido seleccionadas. En general, las secretarias cumplen con todas las especificaciones técnicas y soft de la posición, dominan el paquete office, son confidenciales, poseen experiencia en atender a un jefe y su equipo, son multitasking, organizadas y con vocación de servicio. Entonces “¿Qué es lo que falló?”, me preguntan, y agregan “¿En qué puedo mejorar?”. Me cuesta contestar a estas preguntas ya que la decisión final es totalmente subjetiva y la toma el jefe… No hay mucho que se pueda hacer. A veces algunos jefes les gustan las personalidades tranquilas, otros las más ansiosas. En una ocasión, el presidente de una importante multinacional le hizo a las dos finalistas el mismo pedido: “Busque alguien que la conozca a Ud. y también me conozca a mí”. Se decidió a contratar a la que logró encontrar el contacto en común, ya que pudo llamarlo para pedirle referencias, que por supuesto, fueron excelentes. También, no hace mucho, un jefe se quedó asombrado por todo lo que la secretaria pudo decirle sobre la empresa a la que se estaba postulando, ya que leyó la página web con detenimiento (y eso que era bastante larga) y pudo marcarle los aspectos que le interesaban de la compañía. Ello nos indica que no tenemos la bola de cristal para saber qué nos va a preguntar en una entrevista, pero conviene siempre preparase lo mejor posible. De todas maneras, hay algunos aspectos que se deben tener en cuenta para tener más posibilidades al postularse para un puesto:
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